domingo, 8 de junio de 2008

María: La perspectiva y el tiempo

Jorge Isaacs

Gabriel García Márquez, un gran escritor colombiano, dijo que Jorge Isaacs "fue un extraordinario escritor, pero sobre todo un técnico sorprendente. Conocía a fondo el oficio." En su novela más conocida, María, Isaacs realiza algunos ideales de la literatura hispanoamericana en forma inigualada de fecha de publicación de María y que anticipa futuros logros de probada eficacia. En este ensayo, discutiré las técnicas usadas por Isaacs para hacer la novela María una obra maestra, y trataré de mostrar la manera efectiva en que Isaacs usa la voz narradora, los detalles y la manipulación del tiempo.

La novela María se presenta desde el punto de vista del narrador, Efraín, que cuenta los acontecimientos de su niñez. Según Franz Stanzel, en la historia podemos tener un "narrador mismo," que realmente es una voz narradora expresada en la primera persona que cuenta la historia de una manera retrospectiva. También Stanzel nota que la historia puede tener un "mismo experimentador," donde el narrador relaciona el cuento como lo vivió.(1) Las dos voces, la del narrador mismo y la del experimentador mismo, dan a los lectores una visión sujetiva porque vemos la historia retrospectiva y la manera en que fue vivida por Efraín.

Donald McGrady indica que "el elemento que determina la estructura de María es el acontecimiento entendido como el progresivo enamoramiento y la final frustración del romance de los protagonistas." (2) En descripciones detalladas, Efraín recuerda a María como una mujer noble e ideal. Él describe sus manos, cabello y manera de vestirse. La descripción que se hace de María es subjetiva porque proviene sólo de Efraín. La perspectiva de la primera persona, expresada por el narrador, contribuye a las otras técnicas, especialmente al detallismo de la historia y al tratamiento del tiempo.

Jorge Isaacs mantiene consistencia y tiene mucho cuidado con los detalles. Él quiere lograr una unidad estitística en su novela. Los detalles sirven para presentar escenas de un ambiente especial y para crear un mundo total en sí mismo.

Como con una cámera fotográfica, el autor trata de presentar los escenarios y los personajes. Por eso, toda la novela parece un álbum fotográfico que le permite a Efraín recordar los tiempos pasados. En este álbum, las descripciones nos dan imágenes bellas, como de la moda y de los lugares, pero también construyen la escena.

Con los personajes menore, tenemos retratos de la gente que dan una indicación de la influencia realista. Es probable que la mayoría de los personajes secundarios se basen en modelos vivos. En la introducción de la cuarta edición de María, Donald McGrady nos da un ejemplo del retrato del personaje secundario--el del amigo de Efraín, Carlos. Carlos tiene pensamientos materialistas sobre el matrimonio y así no es un personaje idealizado. Él también tiene costumbres de "cubrirse la cara con un pañuelo y de llevar paraguas para no quemarse al sol" parecen ridículos. Así pues, "estos toques muy humanos prestan apoyo a la tradición familiar de que este Carlos M... es una persona real." (3)

Hay descripciones exquisitas que han conquistado para los lectores la admiración por el valle de Colombia. Estas "descripciones poéticas de las montañas, los árboles, los ríos, las flores y los pájaros a distintas horas del día y a distinta luz, han contribuido a inmortalizar la geografía del Valle de Cauca y de la ruta fluvial desde Buenaventura." (4) Por ejemplo, Isaacs describe la selva y las pampas como un vidrio azulado con sus propios colores y su delicadeza.

El autor presenta este mundo como un paraíso, como "un monumento nacional en donde flotan los recuerdos de María, de Efraín y de Isaacs" (5) todos a la vez. Las descripciones del paisaje colombiano son sensibilizados por el romanticismo de Isaacs. Eso quiere decir que tenemos una visión de la naturaleza "con los atributos animadores que el romanticismo había traído a las letras." (6) El autor anima los ríos, el jardín, el bosque, las llanuras, los amaneceres, las tardes, las noches. El lector puede apreciar los momentos de amor, las diversiones y las angustias, sin perder las descripciones de los paisajes colombianos. La descripción de la naturaleza tiene un gran valor artístico y estético en sí misma. Isaacs, como el artista de una sinfonía pastoral, suprime los diálogos y nos da detalles del paisaje en el orden en que aparecen desde el primer amanecer hasta el último crepúsculo.

Todos los detalles le dan al lector un sentido de estar completamente rodeado por la novela, de ser parte de este nuevo mundo. Isaacs concluye la historia usando los detalles de la naturaleza otra vez. En esta parte, Efraín desaparece en la naturaleza colombiana-americana. Es una técnica magnífica que contribuye al bienestar de la historia. Otra técnica utilizada por Isaacs es el uso del tiempo y cómo éste influye en la manera en que Efraín está recordando su pasado en el Valle del Cauca con María.

Respecto al tiempo, hay una conjunción de momentos entre el presente de la narración y el tiempo pasado que recuerda. Con detalles líricos, reconstruye la lógica de los acontecimientos narrados que refuerzan el recuerdo. "Al crear una barrera de varios años entre los acontecimientos y la actualidad del narrador, permite que éste evoque su juventud con cierta ecuanimidad pero al mismo tiempo insiste mucho en el paso de las horas y de los días para franquear esa misma barrera." (7)

Hay interrupciones donde el narrador reacciona a los acontecimientos pasados en términos emocionales del presente. Por ejemplo, al principio de la novela, el autor interrumpió la descripción de la voz de María cons estas palabras: "¡Ay! ¡cuántas veces en mis sueños...y mis ojos han buscado en vano aquel huerto donde tan bella la vi en aquella mañana de agosto," (8) que Raymond Williams interpreta como "una reacción a la situación que él está describiendo." (9)

Isaacs utiliza el tiempo de varias maneras y lo presenta con ejemplos significativos: presenta los relojes, los días, los detalles sobre algunos meses y años. Con cuidad, mide el pasado y el futuro, mira hacia atrás y mira hacia adelante. Nosotros, como lectores, esperamos con anticipación lo que pasará en el futuro, porque ya hemos leído una recapitulación del pasado.

El presente, el pasado y el futuro pueden ser narrados en un tiempo a cualquier tiempo por Isaacs, porque él es objetivo en narrar cada uno. La manipulación del tiempo y la creación de un sistema total no permite la medida de tiempo en una concepción completamente lineal. Así, el presente se ve desde la perspectiva del pasado y es una proyección del futuro.

Isaacs manipula el tiempo para reforzar los eventos más importantes en la vida de Efraín. Efraín pasó varios meses en compañía de María, y tenemos bastantes descripciones de su relación amorosa, de la belleza de la mujer que él ama, y del tiempo que ellos pasaban juntos. En contraste, él pasó dos años estudiando en Londres, pero no se describen las experiencias en Europa. Esto quiere decir que en la percepción de él, vale más la relación com María y el tiempo sirve para darle énfasis y enfocar este punto.

Para Efraín, el tiempo es un rival de la felicidad porque es a causa del tiempo que la felicidad de los amantes está rota. La tragedia es que el tiempo sigue, el tiempo pasa sin parar y sin regresar. Isaacs nos sugiere que los momentos dichosos no permanecen; al contrario, es como si cada momento fuera contado. Con este idea, Efraín cree que el tiempo cesará de existir una vez que muera María.

Gabriel García Márquez ve en Isaacs un buen ejemplo de un autor que se concentró en desarrollar las técnicas de la novela. Un siglo después de la publicación de María, García Márquez imitó el estilo de Isaacs cuando escribió su obra maestra, Cien años de soledad. Un lector puede ver ciertos paralelos entre las dos novelas, como el tiempo circular y los detalles en la cración del mundo entero en sí mismo, como Macondo en la obra de García Márquez.

©1999 Adriana Bida

Notas

1. Stanzel, Franz, Narrative situation in the novel (Bloomington: Indiana University Press, 1971)

2. McGrady, Donald, Introducción a María, 4a ed. (Madrid: Ediciones Cátedra, 1995), p. 13.

3. McGrady, Donald, Introducción a María, 4a ed. (Madrid: Ediciones Cátedra, 1995), p. 26.

4. Menton, Seymour, La novela colombiana: planetas y satélites (Bogotá: Plaza y Janés, 1978).

5. Arciniegas, Germán, Genio y figura de Jorge Isaacs (Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1967), p. 90.

6. Cedomil, Goic, Historia de la novela hispanoamericana, 2a ed. (Valparaíso: Ediciones Universitarias, 1980), p. 101.

7. Menton, Seymour, La novela colombiana: planetas y satélites (Bogotá: Plaza y Janés, 1978).

8. Isaacs, Jorge, María (Madrid: Ediciones Cátedra, 1995), p. 58.

9. Williams, Raymond L. The Colombian novel 1844-1987 (Austin: University of Texas Press, 1991), p. 153.


María, de Jorje Isaac (Versión completa para imprimir)

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